1. Spratt Bight Beach, Bahía Sardina o North End
4. Iglesia Bautista de la Loma
Del mar de los siete colores emerge el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, compuesto por cayos, islas e islotes de una plataforma volcánica ubicada en el mar de las Antillas. Este departamento es el más extenso de Colombia, incluyendo la superficie terrestre y marítima. Su capital es San Andrés, la isla más grande del país y su único municipio es Providencia.
Este paradisíaco lugar, declarado Reserva de la Biósfera Seaflower por la Unesco en el año 2000, por su riqueza biológica, su particular naturaleza y las tradiciones ancestrales de su población, es la reserva de la biósfera con la mayor área marina del mundo, aproximadamente 65 mil kilómetros; que se encuentra ubicada al occidente del mar Caribe, a 750 kilómetros del territorio colombiano y a 250 kilómetros de las costas de Nicaragua.
Posee la tercera barrera de coral más importante del mundo, después de la de Australia y Belice: el Sea Flower. Cuenta con el 78% del total de las áreas de coral colombianos, con más de cuarenta playas, en donde propios y visitantes pueden disfrutar de las blancas arenas coralinas; más de 100 especies de aves endémicas, residentes y migratorias, babillas, iguanas, tortugas, peces y otros animales habitan en la isla.
Por su ubicación geográfica y sus atractivos naturales, representados en paradisíacas playas, reservas y parques, se constituye en un destino ideal para el turismo de sol y playa y la práctica de actividades propias del ecoturismo. Además de contar con una gran oferta hotelera, es un puerto libre y posee una riqueza cultural única. En el archipiélago se habla inglés criollo sanandresano, conocido como creole, español e inglés; la mayor parte de la población es bilingüe y es uno de los departamentos con más baja tasa de analfabetismo. Diferentes religiones convergen en esta isla, dando paso a la diversidad de creencias: católicos, cristianos, bautistas, adventistas, misión cristiana, testigos de Jehová, pentecostales, judíos, musulmanes, entre otros.
Sus pobladores raizales dan muestra de un legado cultural de gran valor: su gastronomía; su música, mezcla de ritmos africanos y europeos; entre los que se destacan el calipso, el mentó, el reggae, la mazurca, el schotttist, el cuadrille y la polca; su arquitectura típica; su historia de invasiones, piratas, corsarios y tesoros; en contraste con sus hermosos paisajes, hacen de este archipiélago, un lugar ideal para visitar.
La industria turística es uno de los principales motores de desarrollo para la región. Gracias a su oferta natural y cultural, San Andrés se convierte en un lugar especial para el careteo, buceo, kayaking, pesca deportiva, windsurf, sunfish, kitesurf, jetsky, sky, senderismo, ciclismo, cabalgatas, canopy y avistamiento de aves. Empresarios y habitantes de la isla, han puesto sus predios al servicio de la conservación de la flora y la fauna de la región; ofreciendo a los visitantes, granjas ecoturísticas, parques y reservas privadas.
El archipiélago cuenta con más de 40 sitios para practicar el buceo, para aficionados y expertos; cuenta con alta visibilidad, aproximadamente 30 metros de profundidad y una temperatura de 28°C. Diferentes escuelas especializadas convergen en San Andrés, con servicios para personas desde los ochos años de edad; inmersiones diurnas, nocturnas, excursiones a cayos, así como certificaciones, hacen parte de la oferta.
Historia
El archipiélago fue lugar de pesca para los habitantes de otras islas de los alrededores y Centroamérica, además paso obligado de navegantes, comerciantes, piratas y corsarios ingleses y holandeses que se movilizaban alrededor del Caribe. Para el año 1510, embarcaciones españolas que se desplazaban de Jamaica a Miskitos, descubrieron el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
En el año 1629, los puritanos ingleses, llegaron a la isla de Providencia, donde se asentaron con el objeto de constituir una empresa de tráfico de esclavos provenientes de África, aprovechando las condiciones de la isla, sus recursos y sus facilidades para plantaciones y comercio. El nombre con el que la bautizaron fue Old Providence. Ya desde esta época, los conquistadores le conocían como el “mar de los siete colores.” Muchos de los esclavos de Providencia, escaparon a la isla de San Andrés, en donde subsistieron, gracias a la pesca de cangrejos y tortugas.
Posteriormente la corona española, proveniente de la Nueva Granada, hoy Colombia, al percatarse de los múltiples ataques de los que eran objeto, decidieron invadir las islas, expulsando a la mayoría de los habitantes; así el control de las islas pasó al mando de los españoles.
Para la época de la independencia colombiana, en las islas se desarrolló el comercio de carey, cacao, goma, piel, maderas y otros productos. Con la abolición de la esclavitud, sólo se mantuvo el cultivo del coco, hasta una época en la que decayó.
El gobierno colombiano decide concederle el estatus de puerto libre a San Andrés para fomentar el desarrollo de la región, integrándolo a sus perspectivas, según el Decreto Ley de noviembre 13 de 1953.
Gastronomía
La influencia inglesa y africana se evidencia en la gastronomía de San Andrés, la mezcla de culturas ancestrales, se da por sentado en sus platos; en donde predominan los pescados, mariscos, acompañados con plátanos, coco y el fruto del pan, sazonado con especias como los clavos, la canela y el jengibre, productos utilizados por los europeos.
Entre sus platos típicos se destacan:
Artesanías
Para realizar piezas como aretes, collares, pulseras y manillas, los lugareños utilizan principalmente el coco combinado con cuero, madera, semillas, fibras naturales y plata.
Arquitectura
Durante la época de esclavitud, los ingleses trajeron el estilo de construcción de las viviendas de otras regiones del Caribe. Las casas isleñas son construidas sobre pilotes altos, con el fin de evitar inundaciones por mareas altas y porque la parte inferior de la casa, se convierte en un lugar ideal para guardar materiales; suelen tener un balcón, lugar de reunión de las familias y los vecinos; la cocina está ubicada generalmente lejos de la casa, para evitar incendios.
En la actualidad, en San Andrés son pocas las casas de construcción típica que quedan en pie, pues la construcción de cemento, resulta ser más económica; sin embargo se constituyen en un orgullo para la población raizal, pues hace parte del patrimonio arquitectónico y cultural de la región.